Mientras bajaba el sol en el horizonte cientos de durmientes iban quedando atrás y
cada vez el relieve se volvía mas agreste.
Por la ventana de su camarote de primera clase miraba sin mirar, pensando en llegar,
en los paseos que daría en las tardes invernales que lo esperaban en su destino, en las diapositivas que había visto días atrás, en los durmientes, en el horizonte,en el té,en los árboles sin hojas, en el libro que escogió para leer esos días,en los durmientes, en su casa, en sus amigos que se habían quedado,en sus amigos que estaban esperando en la terminal, en el paseo en ferry , en las transitadas calles de Londres,en su café parisino preferido,en lo desnudos que se veían los árboles, en los grandes teatros, en las ferias, "cuándo vuelvas vas a llamarme?", en los durmientes, en los chocolates que le habían regalado, en lo bien que le quedaba el rouge,en los árboles que cada vez escaseaban más, en su perfume, en los durmientes, en los árboles, en los durmientes, en los durmientes...

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